El bello y desdeñoso Alexis
ha dejado los bucólicos
paisajes sicilianos de su infancia
y ahora frecuenta
una sauna en pleno Harlem
lleno de negros y cocodrilos ciegos.
Estaba harto de su enamorado
que le ofrecía rústicos presentes:
queso de oveja, miel, guirnaldas
entretejidas de violetas y perfumado de eneldo.
Muy poco le importaban
los cantos y suspiros lastimeros
del pastor Colidón.
Cuando fuiste novio mío
por la primavera larga.
¿Será cierto que en New York
Lorca vio a Whitman desnudo,
rodeado de muchachos,
en un tranvía tirado por leopardos?
Juan José Hernández. Reales Sitios.
viernes, marzo 16, 2012
Publicadas por PORTÁTIL a la/s 12:44 a. m. 1 comentarios
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