martes, enero 29, 2008

Sucedió una vez que en el estado de Kashmir, un horrible dragón terrestre vivía en una
cueva cercana a un monasterio de quinientos arhats theravadinos. Este dragón
aterrorizaba a la región y hacía miserable la vida de mucha gente. Todos los días los
arhats se reunían, y juntos intentaban utilizar el poder de su meditación colectiva
para ahuyentar al dragón. Pero siempre fracasaban. El dragón simplemente no se
marchaba.
Entonces, un día sucedió que un monje Chan mahayano se detuvo en el monasterio.
Los arhats le informaron al monje sobre el terrible dragón y le pidieron que se uniera a
la meditación, para añadir el poder de su meditación a la de ellos. "¡Debemos forzar a
esta bestia para que se vaya!" se quejaron. El monje Chan simplemente les sonrió y
fue directamente a la cueva del horrible dragón.
Quedándose en la entrada de la cueva, el monje llamó al dragón, "Sabio y virtuoso
señor, ¿sería tan amable de abandonar su guarida y buscar refugio en un lugar más
lejano?"
"Bueno – dijo el dragón – ya que me lo ha pedido tan cortésmente, accederé a su
petición y me marcharé en el acto." El dragón, como pueden ver, tenía un fino sentido
de la etiqueta. ¡Y de este modo se fue!


Las Enseñanzas del Maestro Hsu Yun: Nube Vacía

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