viernes, julio 28, 2006

Dos reposteos

Doke libertario (www.dokelibertario.blogspot.com)
26 julio 2006

continuidades
En la última década –pero en realidad desde 1948- el estado de Israel ha atacado y asesinado sistemáticamente poblaciones inermes tanto en Palestina como en el Líbano. Estas incursiones sangrientas de parte del ejército israelí casi siempre llevan pomposas designaciones cargadas de filosa lírica que remiten a la evocación de literaturas ejemplares, manuales de agricultura y solemnes ensoñaciones del verbo.
11 abril 1996 (Uvas de la Ira):Israel bombardea Beirut y destruye la sede de Hezbolá en la capital libanesa. La operación, que dura 16 días, alcanza también a las ciudades de Sidón y Tiro y llega hasta la frontera siria. 102 civiles y tres "cascos azules" mueren en el bombardeo israelí del campamento de Fiyi de la Fuerza Interina de las Naciones Unidas en el Líbano, cerca de Qana, donde hay cientos de refugiados. La ofensiva causa también 200 muertos, 400 heridos y 400.000 desplazados del sur libanés.

29 marzo 2002 (Muro de Defensa):Israel inicia una ofensiva que incluye la demolición del campo de refugiados de Jenín. La operación, que concluye el 10 de mayo, se salda con una masacre de cerca de medio millar de personas.
22 septiembre 2002 (Cuestión de tiempo):El ejército israelí asedia a Yaser Arafat, confinado en la Mukata, la sede de la Autoridad Nacional Palestina, cuyas infraestructuras son destruidas durante días por carros de combate y excavadoras.
10 octubre 2003 (Tratamiento de Raíz):Israel destruye supuestos túneles utilizados por los palestinos para introducir armamento en el campo de refugiados de Rafah, el más mísero de Gaza. En menos de 48 horas los tanques israelíes destruyen más de 150 casas palestinas y dejan a la intemperie a cientos de familias.
18 mayo 2004 (Arco Iris sobre las nubes):Nueva ofensiva israelí en el campo de Rafah que causa la muerte de 17 palestinos.
29 junio 2004 (Defensa en primera línea):Tropas israelíes invaden Beit Janún. La operación, que dura un mes, se saldó con 17 palestinos muertos, seis de ellos niños, según el Centro Palestino de Derechos Humanos.
29 septiembre 2004 (Días de penitencia):Ataques del ejército israelíes en tierras palestinas causan, en 17 días, 107 muertos y 430 heridos.
24 octubre 2004:Operación en el campo de refugiados de Jan Yunes que se salda con 17 muertos y cerca de un centenar de heridos.
17 enero 2005 (Paso oriental):La operación, en la que murieron nueve palestinos, respondió a un ataque de Hamas, los Comités Populares y las Brigadas de los Mártires de Al Aksa en el que, además de los atacantes, murieron seis civiles.
24 septiembre 2005 (Primera Lluvia):Ataque para acabar con los lanzamientos de cohetes que termina con más de 400 detenidos.
30 marzo 2006 (Operación Flecha del Sur):Ataque israelí para neutralizar el lanzamiento de cohetes que dura dos semanas y causa la muerte de 17 palestinos.
9 junio 2006:Israel lanza una ofensiva militar en la costa de Gaza por tierra, mar y aire que causa 15 muertos, en su mayoría niños, y más de cuarenta heridos.
Historia incesante y repetida que carga ya con casi sesenta años en sus músculos de muerte.Y todavía hoy –en una tenebrosa versión canonizada de “la teoría de los dos demonios”- la hipocresía, la estulticia y la frivolidad periodística (y no sólo periodística) se atreve a titular como “guerra” a las masacres perpetradas por el ejército israelí y nominar como “conflicto” al genocidio brutal de los pueblos árabes bajo la metralla, los tanques, las topadoras, los aviones y las bombas del estado de Israel.

Revista Fe de Rata (¿marzo? 2003)

Se dice, escucho
Escucho que en Córdoba se marcha por la paz. Contra la guerra. La del golfo, número dos.
Primero me pregunto, con una memoria atiborrada de conflictos, ¿se la puede nombrar como una guerra?
War of choice, guerra de elección, leo en algunos medios. Aún así, ¿puede ser esto una guerra?
¿Debo creer?
Y si no lo hago, crea o no crea, ¿importa? ¿sirve? ¿es “pertinente”?
La liberación de Bagdad comenzó sin consultarme.
Me gustaría, eso sí, haber sido participada de la promoción que el Pentágono acerca a los soldados iraquíes: cómo rendirse saliendo ilesos y sirviendo a la democracia en el mundo. Todo
contenido en un flyer de papel ilustración, brillante, de colores y con diagramas de flujos.
Pero si no creo demasiado en esta guerra, sí creo que es la del silencio. Más allá del vuelo rapaz de
los papeles sobre el desierto, más allá de los discursos de Saddam sin traducción, como una letanía
irreconocible y enferma que me llega por la tele.
La imagen que evoco cada vez es la de miles vociferantes ante un espacio que no les hace caso. Vociferantes ante una puerta cerrada. Y la de otros, sin habla, extirpados, acribillados en las puertas de sus casas. Visiones que no me dicen mucho más, sin embargo, que lo cómodo de mi cama y el control remoto.
Pero la idea del silencio otra vez, exasperante, llenado de voces que se parecen. Rumsfeld, Powell, Bush, y su inglés de mascar chicle y escupir ¿Quién más habla en este mundo?
Observo sus rasgos enervados de fundamentalismo y entiendo que sólo quieren oírse entre sí, regodearse en el monólogo de su gran nación.
Por eso, me convenzo, esto no es una guerra.
¿De qué vale una marcha, entonces? ¿de qué vale golpear hasta el cansancio, con la patada corta de un enano, contra el escudo ostentoso del guardián?
Esto es la imposición del silencio. Silencio de la muchedumbre del mundo. Silencio de la diversidad.
Y ya me callo, intuyendo que por letra que apaciblemente imprimo, un iraquí pierde su tierra. Y muchos más. Que vergüenza me da...
ya vieron
www.iraqbodycount.org?

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