jueves, noviembre 30, 2006

A los dueños


A los dueños

de gatas adultas sin macho

no castradas

por razones económicas

religiosas

morales

o de simple indolencia

ni medicadas

por convicción naturista

se les recomienda

si aman verdaderamente

a sus animales

y se compadecen

de sus sufrimientos

cuando en celo

no sólo ser en esos días

muy considerados y pacientes

sino meterles

un dedo en la concha

frotándolo muchas veces

para darles placer.

Se sugiere el meñique

recubierto o no por goma;

en general

las gatas prefieren

a pesar de los riesgos

y al menos

según mi experiencia

que no

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Darío Canton.

De la misma llama.

Tomo III. De plomo y poesía (1972- 1979)

Libros del Zorzal.

martes, noviembre 28, 2006

Miro por la ventana...

Miro por la ventana la luz última

de lámparas bajo algas profundas, y quisiera

a la orilla del río estar y de los campos:

qué olas vendrán del este, tímidas y fosfóricas

con esquilas perdidas sobre vagas espumas?


Juan L. Ortiz, en El ángel inclinado

martes, noviembre 21, 2006

la gran salina

La locomotora ilumina la sal inmensa,
los bloques de sal de los costados,
los yuyos mezclados con sal que crecen entre las vías.
Yo vacilo…
y callo…
porque estoy pensando en los trenes de carga
que pasan de noche por la Gran Salina.
La palabra misterio hay que aplastarla
como se aplasta una pulga,
entre los dos pulgares.
La palabra misterio ya no explica nada.
(El misterio es nada y la nada no se explica por sí misma.)
Habría que reemplazar la palabra misterio
(al menos por hoy, al menos por este “poema”)
por lo que o siento cuando pienso en los trenes de carga
que pasan de noche por la Gran Salina.
La pera trepida en el plato.
La miel se despereza en el frasco cerrado,
para desesperación de las moscas que la acechan posadas en el vidrio.
Pero yo no me explico
y hasta ahora nadie ha podido explicarme
por qué me sorprendo pensando
en la Gran Salina.
El hombre de chaleco del salón comedor
se ha quitado los anteojos.
Los anteojos trepidan sobre el mantel de la mesa tendida.
Todo trepida,
todo se estremece,
en el tren que pasa a mediodía por la Gran Salina.
Yo me sorprendo mirando
la sombra del avión que pasa por la Gran Salina.
Pero eso no explica nada.
Es como una gota que se evapora enseguida.
Hay que distraerse, dicen.
Hay que distraerse mirando y recordando
para tapar el sueño
de la Gran Salina.
Un piano colgado como una araña del hilo
se ha detenido entre los pisos doce y trece…
Un camión pasa cargado de ventiladores de pie
que mueven alegremente sus hélices.
En 1948, en Salta,
fuimos de noche a cazar vizcachas y ranas,
y la conversación se apagó con el fuego del asado,
abrumados como estábamos por el cielo negro
y estrellado.
Nerviosamente encendíamos y apagábamos las linternas
hasta quedarnos sin pilas.
Tampoco puedo explicarme por qué sueño con pilas de linternas,
con pilas para radios a transistores.
Ni por qué sueño con lamparitas de luz,
delicadamente guardadas en sus cajas respectivas.
Ni por qué me sorprendo mirando el filamento roto
de una lamparita quemada.
Nunca he visto…
nunca he podido imaginarme
la lluvia cayendo sobre la Gran Salina.
Yo no tengo objetivos pero me gusta objetivar.
Desde chico intenté cortar una gota de agua en dos
(con una tijera).
Aún hoy intento,
apartando las cosas de la mesa
o ahuyentando amigos,
imitar, imaginarme, la lluvia sobre la Gran Salina.
Tomo una plancha caliente y le salpico gotas de agua.
pero aunque pueda imaginarme todo,
nunca podré imaginarme
el olor a salina mojada.
Anoche llegué a mi casa a las tres de la mañana.
En la oscuridad, tropecé con un mueble…
y allí nomás me quedé pensando
en lo que no quería pensar…
en lo que creía bien olvidado!
Pero en realidad me estaba escapando
del sueño estremecedor de la Gran Salina
y ahora me interrogo a mí mismo
como si estuviera preso y declarara:
“La Gran Salina o Salina Grande
está situada al norte de Córdoba,
cerca (o adentro, no recuerdo)
del límite con Santiago del Estero.”
Estoy mirando el mapa…
pero esto no explica nada.
La caja de fósforos queda vacía
a las cuatro de la mañana
y yo me palpo a mí mismo, desesperado,
con el cigarrillo en la boca…
Habría que inventar el fuego, pensarían algunos.
Yo en cambio pienso en los reflejos del tren
que pasa de noche junto al río Salado.
No puedo dormir cuando viajando de noche
sé que tengo a mi derecha
el río Salado.
Pero aún así sigo escapando del gran misterio…
del misterio de la sal inagotable de la Gran Salina.
Recuerdo cuando nos arrojábamos impunemente naranjas chupadas
Al espejo ciego y enceguecedor de La Gran Salina.
(A la siesta, cuando la resolana enceguece más que el sol.)
Esperábamos llegar a Tucumán a las siete
y a las dos de la tarde tuvimos que cambiar una rueda
junto a la Gran Salina.
Un diario volaba por el aire…
el sol calcinaba las arrugadas noticias del mundo
del diario que caía sobre la Gran Salina.
Y vi pasar varios trenes
y hasta un jet…
Los pasajeros de los Caravelle
o de los Bac One – Eleven,
no saben que esa mancha azulada,
que a lo mejor están viendo en este mismo momento,
desde ocho mil metros de altura,
esa mancha azulada que permanece durante escasos minutos,
es la Gran Salina,
la Salina Grande.
Pero el jet anda muy alto.
La Gran Salina no conoce su sombra que pasa.
Los pasajeros del jet duermen…
se sienten muy seguros.
En el jet no hay paracaídas
Los jets no caen. Explotan.
Hace unos años,
un avión que no era un jet volaba, creo, sobre Santa Fe.
De pronto se abrió una puerta
y una camarera tuvo que obedecer calladita
a las sagradas leyes de la física,
y demostrar su inequívoco apego a la ley de la gravedad.
Una ley dura como las piedras metidas en la boca de Demóstenes
que, según dicen, hablaba mucho.
Aquí hay que hacer un minuto de silencio.
Primero, por la dócil camarera sin cama del avión.
Después, por las palabras muertas,
muertas por no decir nada…
misterio, por ejemplo,
que sirve para no explicar lo inexplicable,
lo que yo siento cuando pienso en la Gran Salina,
lo que traté de no pensar un día que caminaba por la Gran Salina
tratando de distraerme y de no pensar dónde estaba,
escuchando una canción de Leo Dan
que pasaba LV12 Radio Aconquija
y el Concierto en sol de Ravel por la filial de Radio Nacional.
¿Qué pensaría Ravel, el finado,
si caminaría como yo en ese momento
por la Gran Salina.
Ravel, púdico sentimental,
te imagino tocando el piano que hoy vi colgado
entre el piso 12 y el piso 13.
Si, pobre Ravel de 1932
con un tumor en la cabeza que ya no lo dejaba componer.
Ravel tocando solo,
de noche (pero eso sí, absolutamente solo)
los “Valses nobles y sentimentales” en medio de la Gran Salina.
Estoy seguro que se hubiera interrumpido
Al escuchar el silbato lejano de la locomotora,
para ver el haz de luz a la distancia
y la penumbra sobre la Gran Salina.
Días pasados fui al Hospital.
Hace años o andaba por allí,
despreocupado y con el guardapolvo blanco.
Pero ahora, de simple paciente,
sentí el ruidito angustioso
¡Trank!
de la máquina de sacar radiografías.
¡Y que pase otro! gritó el enfermero.
Pero el otro no podrá explicarme
por qué tengo sed,
por qué voy detrás del agua cautiva de la botella
y de la sal capturada en el salero,
yo, tan luego yo,
capturado en el sueño de la Gran Salina.
Un amigo, alto funcionario estatal,
me ofreció su pase libre para viajar por todo el país.
Total, me dijo, es un pase innominado,
cualquiera lo puede usar…
si se lo presto.
El pase sin nombre me deslumbró
como la marca de la cubierta que leí y releí
cuando cambiábamos la rueda junto a la Gran Salina.
Pero después pensé en Tucumán
(mi segunda provincia)
y en las vértebras azules del Aconquija
horadando las nubes blancas.
Ahora me entero que mi amigo,
el del pase sin nombre,
se separó de la mujer.
Aquí me callo…
Pero el silencio me hace pensar ahora
en lo que no quise pensar cuando miré el pase sin nombre que me ofrecían,
en lo que dejé de pensar hace un momento…
cuando vi pasar el ascensor con una mujer silenciosa
que no me quiso llevar.
Olvidemos el ascensor perdido
y pensemos de nuevo, de frente, en la sal
(cloruro de sodio)
y en el misterio…
Pero como nada es misterio
hagamos una traducción de apuro:
miss Terio
o miss Tedio
o chica rodeada de teros asustados
o algo por el estilo.
Pero no hay distracción que valga.
El ayudante de cocina del vagón comedor
se rasca la cabeza de tanto en tanto
pero sigue pelando papas sin distraerse
en el tren que se acerca a la Gran Salina.
El ascensor perdido con la mujer silenciosa
sigue recorriendo kilómetros entre la planta baja
y el piso quince.
El sastre de enfrente que ya comió
se asoma a tomar aire con el metro colgado al cuello.
Yo pienso en comer, como se ve…
Son exactamente las 14 horas, 8 minutos, 30 segundos.
Y también, no sé por qué
pienso en el acorazado de bolsillo Graf Spee
que en los comienzos de la última guerra
se suicidó antes que su capitán
frente a Punta del Este.
El Graf Spee yace a treinta metros de profundidad.
Ya nadie se acuerda de él.
Ni siquiera los hombres-rana
que bajaron a explorar sus entrañas.
Pero hasta los hombres-rana
salen a comer a mediodía.
Y a veces, para comer,
sólo se quitan las antiparras y los tubos de oxígeno.
Todavía hay gente que se asombra viendo comer a esos hombres…
con patas de rana.
Los hombres rana reclaman al mozo la sal que se olvidó!
Dale!...Dale!
Hoy almuerzo con amigos
(si es que nos e fueron).
Miraré de costado la sal y pediré pimienta en vez,
porque tengo miedo de quedarme callado,
ya se sabe por qué.
No quiero quedarme callado
ni distraerme,
ya se sabe por qué.
En realidad no se sabe nada
del sueño de las pilas,
de la lluvia sobre la sal,
de la chica del ascensor,
del sastre asomado con el metro colgado
o del tren que pasa de noche indiferente
junto a lo que ya se sabe
y no se sabe.
……………………………………………..
……………………………………………..
……………………………………………..
Hace años creía
que “después del almuerzo es otra cosa” …
es decir que las cosas son otras
después del almuerzo.
Este poema (llamémoslo así),
partido en dos por el almuerzo
y reanudado después, me contradice.
No comí postre.
¡Siento la boca salada!
Pero no voy a insistir.
El domingo pasado,
en casa de un amigo poeta,
conocí un chileno novelista e izquierdista
que se fue a Pekín y que, posiblemente,
no vuelva a ver en mi vida.
Tímidamente, entre cinco porteños y un chileno izquierdista,
metí una frase de Lautréamont
que como buen franchute es uruguayo
y si es uruguayo es entrerriano.
Una frase (salada) para terminar (o interrumpir) este poema:
“Toda el agua del mar no bastaría para lavar una mancha de sangre intelectual.”

Ricardo Zelarayán

jueves, noviembre 16, 2006

Por qué nos gusta tanto el río

El Alejo y su Creciente


Y pensar que nosotros le sacamos esta foto en salida al mar

martes, noviembre 14, 2006

Nunca estuve convencido por mí mismo de que yo existiese. Es que la imagen que me hago de las cosas que me rodean es tan inconsistente, que siempre tengo la impresión de que esas cosas deben haber vivido alguna vez pero ahora están desapareciendo. Siempre, querido señor, tengo intención de ver las cosas tal como son antes de que se me muestren. Entonces, son ciertamente hermosas y tranquilas. Así deben ser, ya que con frecuencia oigo a la gente que así lo sostiene.

Franz Kafka. Conversación con el orante.

domingo, noviembre 12, 2006

COLEGAS








Y más colegas...

Dije chau

Dije chau
y me fui a vivir a las lechugas
con esas sábanas
el camisón
no vale la pena
suave
rugosa
la lechuga
tierna
fresca
es un hogar
ideal para el verano
verde claro
con transparencias
permite que pase
la luz del sol.

Roberta Iannamico, Tendal


.

lunes, noviembre 06, 2006

la distancia

VI

Recibo noticias de un amigo.
Me dicen que está bien,
ha dejado su lugar
de nacimiento
y me pregunto si eso
es posible.
¿O no es verdad
que uno es un lugar
arrastrándose
por todas partes, dejando
su rastro de baba por ahí,
comparándose con calles, casas?
Pasaron veinte años
y tendría que haber dos,
tres ideas que representen algo.

Oscurece más temprano, refresca
y yo observando
en tercera persona
cada noche
la persiana rota
de un departamento en un piso catorce.

Están los que se duermen mirando canales de noticias.

Se firman tratados todo el tiempo.
Programan suplementos culturales
y hay ayudantes de cátedra
que proveen el soporte teórico
pero eso no impide volver
a hablar de un perro
cualquiera, uno negro
un perro perro moviendo la cola

Esto es un recuerdo: llueve
sin adjetivos sobre una calle de tierra
y cuesta reconstruir
algunos detalles, más fácil es inventarlos.
Lo demás se puede resolver
con buena respiración
porque una cosa es vivir
del aire y otra aprender a respirar
o inventar detalles verdaderos
para inviernos falsos.

No se trata de apagar todos los ruidos.

Se trata de darles la razón a los que dicen
que hay que salir a al calle
con monedas de veinticinco y buscar
un teléfono público
para decir encontré ropa triste en un cajón .

¿Oís esa música que me roza?

de Damián Ríos, en La pasión del novelista.

sábado, noviembre 04, 2006

Bell Ville

miércoles, noviembre 01, 2006

Cine en el Centro Cultural Chacra de los Remedios - Parque Avellaneda

Programación a cargo de la Comisión de Cultura de la Mesa de Trabajo y Consenso de Parque Avellaneda – Con la colaboración especial de la Cinemateca Francesa y el Proyecto Bol Ar -

Sábado 4

16 hs. Ciclo Documental francés

IAN PALLACH (1969) Dir: Raymond Depardon (12’)
A principios de 1969, Raymond Depardon, cofundador de la agencia fotográfica Gamma, junto a Michel Honorin viaja a Praga para filmar el duelo popular por la inmolación de Ian Pallach.

YO UN NEGRO (1959) Dir: Jean Rouch (70’)
Unos jóvenes nigerianos dejan el interior de sus tierras para ir a buscar trabajo en Costa de Marfil. Desarraigados en medio de la civilización moderna, llegan a Treichville, barrio popular de Abidján. El héroe que relata su historia se hace llamar Edward G. Robinson, en honor al actor estadounidense. Asimismo, sus amigos han tomado seudónimos para forjarse simbólicamente una personalidad ideal. Un film que marca el nacimiento del cine africano.

18 hs. Ciclo de cine argentino: Óperas primas
EXTRAÑO (2004) Dir. Santiago Loza

Axel ha dejado su profesión. Deambula entre los seres y las cosas. Hay en su transitar una cierta conciencia de un tiempo final. Un día conoce a una muchacha embarazada. Ella está sola y entre ambos nace una relación de mutua compañía, algo próximo al amor.

C/ Julio Chavez, Valeria Bertucelli, Eva Bianco

Domingo 5

Muestra del Proyecto Bol Ar

BOL-AR es un proyecto de integración audiovisual argentino-boliviano. Plantea un puente entre realizadores de Bolivia y comunidades y organizaciones sociales en Argentina, donde residen cerca de tres millones de bolivianos.BOL-AR busca la difusión realizaciones audiovisuales pertenecientes a organizaciones y movimientos sociales que, colectivamente, construyen espacios de exhibición y debate para sus realizaciones.


15 a 16.30 hs / programa 1:


METERLE MANO A LA EDUCACIÓN: Los estudiantes, los trabajadores, las comunidades indígenas meten mano a la educación. Así, vemos la creación de la UPEA y el rescate de lenguas y culturas ancestrales.

URUS GENTE DE AGUA (8 min, Bolivia, 2005, DVD) D: Iván Molina Velásquez / Video Joven - Escuela Cine El Alto (ECA);

DARSE UN TIEMPO (10 min, Bolivia, 2005, DVD) D: Liliana de la Quintana / Producciones Nicobis;

¿ALGUIEN SABE LEER Y ESCRIBIR EN AYMARA? (9 min, Bolivia, 2004, DVD) D: Colectivo Consejo Ohana / Noticiero Internacional de Barrios;

HISTORIA DE LA UNIVERSIDAD PUBLICA DE EL ALTO – UPEA (19 min, Bolivia, 2005, DVD) D: David Ticona / Video Joven; MAÑANA SERÁ (10 min, Bolivia, 2005, DVD) D: Fernando Peredo / Escuela de Artes Audiovisuales;

LOS PUÑOS SEGUIRÁN ERGUIDOS (22 min, Bolivia, 2004, DVD) D: Raquel Balcázar / Videourgente
17.00 a 18.10 Hs / programa 2:

DEL TRABAJO A LA CALLE: En un país con minas cerradas y mineros re-localizados, con empresas públicas privatizadas, con redes ferroviarias desarticuladas y pueblos desmantelados, las y los trabajadoras/es toman las calles y luchan por sus derechos.


POR SIEMPRE MINEROS (8 min, Bolivia, 2004, DVD) D: Hijos de mineros Villa Santiago II / Noticiero Internacional de Barrios;

GÜAQUI (13 min, Bolivia, 2005, DVD) D: Edwin Hunca C. / Video Joven - Escuela Cine El Alto (ECA);

QUIERO SER LIBRE SIN DUEÑO (32 min, Bolivia, 2005, DVD) D: Alfredo Ovando / Producciones Nicobis;

LAB - DESASTRE DE LA CAPITALIZACIÓN (18 min, Bolivia, 2006, DVD) D: Raquel Balcázar / Videourgente

18.30 a 19.10 hs / programa 4:


PARIENDO MIRADAS: Experiencias donde la realización audiovisual se articula, funde, liga con intervenciones artístico-políticas. Las imágenes están cargadas de la sensibilidad de mujeres realizadoras que se apropian del video para sus luchas cotidianas cuestionando, analizando y denunciando el orden patriarcal que encorseta a las mujeres. En la diversidad de realizaciones se reconocen búsquedas expresivas, de lenguajes, de sentidos y creatividad en los modos de mirar y de ser miradas.


ACCIONES CALLEJERAS Mujeres creando

SANGRE (7 min, Bolivia, 2001, DVD); LA CALLE (8 min, Bolivia, 2001, DVD);

¡A CHONCHOCORO! MUJERES BOLIVIANAS CONTRA LA IMPUNIDAD (22 min, Bolivia, 2005, DVD) D: Marta Cabezas - Laura Cabezas