A los dueños
de gatas adultas sin macho
no castradas
por razones económicas
religiosas
morales
o de simple indolencia
ni medicadas
por convicción naturista
se les recomienda
si aman verdaderamente
a sus animales
y se compadecen
de sus sufrimientos
cuando en celo
no sólo ser en esos días
muy considerados y pacientes
sino meterles
un dedo en la concha
frotándolo muchas veces
para darles placer.
Se sugiere el meñique
recubierto o no por goma;
en general
las gatas prefieren
a pesar de los riesgos
y al menos
según mi experiencia
que no
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Darío Canton.
De la misma llama.
Tomo III. De plomo y poesía (1972- 1979)
Libros del Zorzal.
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