miércoles, mayo 12, 2010

pampa

El hombre de la llanura está siempre en el interior de una semiesfera, en el centro exacto de la base, bajo la bóveda celeste que es como una pantalla en la que va apareciendo un espectáculo cambiante, abstracto, la luna, el sol, las estrellas y las nubes hasta que un capricho vagamente figurativo los borronea, como la forma de una nube, un pájaro, o una bandada de pájaros, cuya formación en ángulo se obstina sin embargo en perpetuar la abstracción.

Juan José Saer en El río sin orillas.

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