Era en agosto. Estaba comiendo una manzana en la vereda antes de entrar al club para el entrenamiento semanal de hockey. La luz rabiosa del sol hacía que me tapara la cara con la mano en la frente. Una ráfaga y la pulpa blanca de la manzana se llenó de tierra.
Ahora Ulises descansa en la terraza, en el sol de la siesta, y su pelo blanco blanco y negro revuelve el viento que viene del norte.
jueves, agosto 23, 2007
mes de los vientos
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PORTÁTIL
a la/s
12:03 p. m.
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