Roberto, el encargado, acostumbrado a pelearse los domingos, donde juegue Quilmes, dice que no vio el segundo tiempo “preferí bajar antes y lustrar la puerta”. Los que festejaban, en la calle, cuando el semáforo lo permitía, no eran más que una banda de adolescentes palermitanos acostumbrados a fingir sus sensaciones. Como tantos otros, la gente que compartía mi mesa, empezó a ocultar (o no) cierta simpatía por Costa de Marfil. Pero yo qué sentía mientras trataba de no mezclar el mundial con la propaganda de Coca Cola?
Muchísimo frío, nada nunca nadie cerraba la puerta en ese puto bar.
Lo más interesante: un borracho pasó bailando por Belgrano y Sarandí, justo cuando la metía Crespo.
lunes, junio 12, 2006
Felices los Perros
Publicadas por
PORTÁTIL
a la/s
1:26 p. m.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
la teoria
del perro caòtico
perro caótico, perro de aguas, perro nube, dan para todo, debería pensar más en las jirafas?
Publicar un comentario